Navegación
El ser humano ha navegado desde su pasado más remoto, aunque las pruebas directas más antiguas que nos han llegado de ello correspondan al Mesolítico. A Australia se llegó hace más de 40.000 años desde la costa del Sudoeste cruzando cortos tramos de los estrechos, y muchos homínido tuvieron que atravesar ríos caudalosos y mares muchos miles de años antes, con embarcaciones muy rudimentarias o simples troncos, pero llegaban al otro lado.
Para
adentrarse algo más en el mar tendrían que utilizar troncos atados con cuerdas
formando embarcaciones más sólidas, sin carecer tampoco de riesgo. Algunas de estas embarcaciones fueron rescatadas
de North Ferriby a orillas del Humber, y en ellas se muestra cómo sus constructores eran capaces de
realizar naves hechas con tablas atadas entre sí, de 15 metros de eslora y una
manga de más de 1,5 metros.
El tipo
de navegación en aquellos tiempos se realizaba o bien por aguas interiores o
bordeando la costa, intentando evitar el adentrarse en alta mar siempre que se
podía. Lógicamente, también la época del año era importante, la mejor era el
verano y, por las condiciones climáticas existentes.
El ser humano ha navegado desde su pasado más remoto, aunque las pruebas directas más antiguas que nos han llegado de ello correspondan al Mesolítico. A Australia se llegó hace más de 40.000 años desde la costa del Sudoeste cruzando cortos tramos de los estrechos, y muchos homínido tuvieron que atravesar ríos caudalosos y mares muchos miles de años antes, con embarcaciones muy rudimentarias o simples troncos, pero llegaban al otro lado.
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